El anuncio de una residencia de Shakira en El Salvador marcó un momento histórico para la industria del entretenimiento en Centroamérica. La rápida venta de boletos para sus primeras presentaciones generó una ola de atención internacional que fue celebrada por el presidente Nayib Bukele, quien afirmó que este tipo de eventos reflejan una transformación profunda en la imagen del país.
A través de redes sociales, el mandatario resaltó que la respuesta del público evidencia un cambio en la percepción de El Salvador, ahora visto como un territorio capaz de recibir espectáculos de gran escala, atraer turismo y generar movimiento económico. Para Bukele, el éxito de la cantante colombiana va más allá de la música y simboliza una nueva etapa para la nación.
El entusiasmo de los seguidores llevó a la artista a confirmar nuevas fechas, ampliando su estancia en San Salvador y consolidando la ciudad como una parada clave dentro de su gira mundial Las Mujeres Ya No Lloran. Miles de fans de distintos países han mostrado interés en viajar para presenciar los conciertos, lo que ha elevado la expectativa en sectores como hotelería, transporte y comercio local.
La presencia de Shakira no solo refuerza el papel de El Salvador en el mapa cultural de la región, sino que también abre la puerta a futuras producciones internacionales, posicionando al país como un nuevo referente para eventos musicales de alto impacto.


