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VIAJA A LA INTIMIDAD DE LOS BEATLES EN PLENO HURACÁN FANÁTICO

La National Portrait Gallery exhibe las fotos de Paul McCartney junto a su banda entre 1963 y 1964 en Los ojos de la tormenta.

Retratos de los cuatro Beatles en la exposición 'Los ojos de la tormenta'.

Paul McCartney se recordaba a sí mismo con una cámara, haciendo fotos sobre la marcha a John, George y Ringo y girando luego el objetivo hacia los fans, en un intento apenas premeditado de captar desde todos los ángulos aquello que con el tiempo se conocería como la Beatlemanía.

Paul tenía una memoria difusa de todo aquello. Sabía que eran entonces muy jóvenes, pero no estaba seguro ni del año ni de los lugares donde tomó las imágenes. De pronto un día, en el 2020, rebuscando en su archivo para una exposición de fotos sobre Linda, dio finalmente con aquel tesoro escondido: decenas de negativos y contactos fechados entre diciembre de 1963 y febrero de 1964, al rebufo de su segundo álbum, With the Beatles, y en plena conquista de América.

1964: Los ojos de la tormenta', libro que refleja el éxito de The Beatles

Un mágico resorte se disparó entonces en la mente de Paul, que por entonces andaba ya rematando su álbum en solitario número 18, McCartney III. Entre tema y tema, fue tomando cuerpo en su mente lo que tres años después ha cuajado en un libro y una exposición por todo lo alto: Eyes of the Storm, elegida por la National Portrait Gallery para celebrar su sonada reapertura.

Fueron tres trepidantes meses, captados con la frescura del fotógafo amateur que Paul siempre llevó dentro, desde que de niño aprendió los secretos de la Kodak Brownie de sus padres. De joven hizo sus pinitos con una Pentax de 35 milímetros, lo suficientemente manejable para llevarla de gira en los primeros años de los Beatles, antes de que se desencadenara la «tormenta».

Aquellos tres meses fueron de alguna manera como la historia comprimida la banda, empezando por el retorno triunfal al Liverpool Empire, y de ahí a las 18 actuaciones ininterrumpidas del Olympia Music Hall de París, y después el salto a Nueva York, la aparición en The Ed Sullivan Show, el paso por Washington nevado y la última parada en Miami, donde se produce el deslumbrante salto del blanco y negro al tecnicolor.

La Beatlemanía en primera persona: Paul McCartney presentó su esperada  colección de fotos inéditas - Infobae

Una de las fotos favoritas de Paul es precisamente la de George Harrison en una piscina en Miami, con granos en la cara, gafas de sol y un pitillo en la mano, la misma con la que recoge un vaso de whisky con Coca Cola de la mano de una bañista con un radiante bikini amarillo como los que lucía Raquel Welch.

«No es sorprendente que empezara a hacer fotos en color en Miami, porque allí estábamos realmente en el País de las Maravillas», recuerda Paul. «Tener éxito en América era los que siempre quisimos… Pero nada podría habernos preparado para los niveles de histeria y locura que estallaron en 1964, cuando ya empezaba a hablarse de la Beatlemanía y aterrizamos en el JFK. Veo esas imágenes hoy y aún me siento abrumado».

– ¿Es cierto que ustedes representan un tipo de rebelión social?- les preguntaron en la mítica rueda de prensa en la terminal de la TWA.

– Es mentira, una sucia mentira (respondió John).

La Beatlemanía en primera persona: Paul McCartney presentó su esperada  colección de fotos inéditas - Infobae

John y George (más que Ringo) son los objetos predilectos de la cámara de Paul, que ocasionalmente aparece en escena, como sucede en el selfie ante el espejo. Su novia Jane Asher, el «quinto Beatle» Brian Epstein, Cilla Black, Cynthia Lennon, Michael Braun y demás habitantes del primer universo de los Beatles desfilan ante la lente de Paul, que también capta entre bambalinas a Sylvie Bartan, Johnny Hallyday o Billy Kramer con técnicas y trucos aprendidos sobre la marcha de los fotógrafos de prensa.

Los retratos íntimos a blanco y negro son algo así como la calma antes de la tormenta, que es la turba de rostros anónimos que alcanzan el delirio ante el simple avistamiento de los Beatles con sus flequillos…

Se ha dicho que los Beatles son una amenaza para la seguridad pública. ¿Qué respondéis a eso?

– Bueno, no somos peores que las bombas, ¿o sí lo somos? (de nuevo John).

La Beatlemanía a través de los ojos de Paul McCartney

Cuando Paul habla de «los ojos de la tormenta» se refiere precisamente a esa miríada de miradas que de pronto reciben, y que él se siente tentado de reflejar con su Pentax… «¿Quién mira a quién? La cámara gira y gira: yo les saco fotos a ellos, la prensa nos saca fotos a nosotros, y miles y miles de personas están ahí, como deseando subirse al torbellino».

Las escenas de delirio colectivo en Qué noche la de aquel día están inspiradas en la serie de persecuciones y encerronas al paso huracanado de los Beatles por la Avenida de las Américas de Nueva York, donde Paul no deja de disparar su cámara: «Nos rodeaban a todas las horas. Corrían detrás de nosotros gritando tan alocadamente como los fans ingleses, solo que con otro acento».

En medio del alboroto, Paul tiene aún el temple para retratar a los policías de Nueva York, que no dejaban de mirarles con asombro y extrañeza. Ya en el avión, rumbo a Miami, Ringo mira incrédulo y de reojo al cantante-fotógrafo y pronuncia sin casi abrir la boca una frase que pasa a la posteridad: «Tomorrow never knows» («Mañana nunca se sabe»).

CRÉDITOS: REDACCIÓN EL MUNDO