Durante su visita a Pekín, en el marco de los actos conmemorativos por el fin de la Segunda Guerra Mundial, el presidente ruso Vladímir Putin dejó abierta la posibilidad de una cooperación internacional en torno a la central nuclear de Zaporiyia.
El mandatario aseguró que Rusia ya ha mantenido acercamientos con Estados Unidos y no descartó incluir a Ucrania en un eventual esquema de trabajo conjunto, siempre que existan condiciones adecuadas. La planta, considerada la más grande de Europa, permanece bajo control ruso desde 2022, lo que ha generado preocupación mundial sobre su seguridad.
Con esta declaración, Putin envió una señal que contrasta con la tensión habitual en sus relaciones con Occidente, despertando expectativa sobre un posible giro en la gestión de uno de los puntos más sensibles del conflicto.