Las decenas de miles de fieles congregados en el Vaticano estallaron de júbilo y la emoción desbordó la Plaza de San Pedro al ver la fumata blanca saliendo de la chimenea de la Capilla Sixtina y elevándose hacia el cielo a las 18:07 (hora local). El nombre se anunció posteriormente, cuando un cardenal de alto rango, Dominique Mamberti, pronunció las palabras ‘Habemus papam’ (tenemos un Papa, en latín) desde la logia de la Basílica de San Pedro. El cardenal leyó el nombre de nacimiento del candidato elegido en latín y reveló el escogido para su papado.
«¡Habemus papam!», y «¡Viva el Papa!», coreaba entusiasmada la multitud cuando se vislumbró inicialmente la fumata blanca en el Vaticano, en ese momento aún entre la enorme expectación y la ansiedad por escuchar el nombre del nuevo pontífice. Decenas de miles de personas ya estaban presentes cuando las primeras columnas de humo blanco emergieron de la chimenea en la Plaza de San Pedro, provocando aplausos y gritos de los presentes.
A medida que la humareda se espesaba, las campanas de la Basílica de San Pedro confirmaron la elección del nuevo pontífice. A veces el color del humo puede ser difícil de distinguir, por lo que, para evitar dudas, el sonido de las campanas sirve como señal más clara de que se ha tomado una decisión. Los cánticos se intensificaron entre la multitud mientras más personas se apresuraban a cruzar las puertas de seguridad en las calles que conducen a la plaza. El objetivo de todos: acercarse al balcón donde se esperaba que apareciera el nuevo Papa.
La Banda de la Gendarmería Vaticana y la Guardia Suiza entraron en la plaza, subrayando la solemnidad y el peso histórico del momento, mientras crecía la expectación por el anuncio oficial del nuevo Papa desde el balcón central de la basílica. El recién elegido pontífice se viste, según marca la tradición, con las vestiduras papales y dedica unos momentos a la oración y la reflexión personal en la llamada Sala de las Lágrimas, una cámara privada junto a la Capilla Sixtina.
En España, las campanas repicaron momentos después de la fumata blanca en la Catedral de la Almudena, en Madrid, y en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona.
El Papa Francisco falleció dejando una Iglesia modernizada, y ahora el nuevo pontífice tendrá la misión de continuar con el camino iniciado por el primer Santo Padre americano o virar el rumbo de la Iglesia de nuevo hacia el clasicismo más conservador.
Se hablaba de muchos nombres como posibles papales: desde el cardenal Robert Sarah, hasta el filipino, de origen español, Luis Antonio Tagle.