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QUIÉN ES BB TRICKZ, LA ESPAÑOLA QUE REVOLUCIONA LA MÚSICA URBANA

¿De dónde ha salido el último huracán del mundo trap? ¿Por qué interesa a artistas de la talla de C. Tangana y Rosalía? ¿Cómo ha terminado metida en una pelea con Yung Beef? ¿Es una estrategia industrial disfrazada de estética cutre?

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Para ser un producto tan propio de nuestra época, seguramente la más sobreexpuesta de la historia humana, el éxito de Bb Trickz está lleno de enigmas. La joven catalana, hasta hace poco una desconocida, se ha convertido en cosa de dos meses en la estrella del trap de la que todo el mundo habla. Y no solo los aficionados al género urbano ni las clásicas burbujas tuiteras: C. Tangana, Bizarrap, Karol G y hasta Rosalía ya le han echado el ojo. Por qué, con solo siete canciones publicadas, la española interesa artistas internacionales de esa talla no es más que la primera pregunta que flota a su alrededor; luego, vendrían cuestiones como de dónde ha salido realmente el último huracán de TikTok, cómo ha terminado la joven metida en una pelea con Yung Beef o —lo más perturbador de todo— si su ascenso meteórico es en el fondo una estrategia industrial disfrazada de estética cutre y DIY. Por ahora, Bb Trickz es un interrogante con patas.

Un millón y medio de likes en TikTok, 24.000 seguidores en Twitter y casi 150.000 en Instagram. Los números hablan por Belize, nombre real —¿o no?— de Bb Trickz, que, por si te lo preguntabas, se ponuncia baby tricks. Esa es la versión más extendida, pero en realidad puedes interpretar el apodo de la joven cantante como te dé la gana, y lo mismo aplica para el resto de su ficción. Sus impresionantes cifras de engagement en redes sociales son solo otra pantalla más que conforma el espejismo de Bb Trickz y, al mismo tiempo, lo distorsiona.

Quién es BB trickz, el nuevo fenómeno musical que arrasa en redes fuera de España

Su primer hit ni siquiera es una canción. Al menos, no en el sentido tradicional. Bambi, el tema que hace famosa a Bb Trickz, aparece por primera vez en un TikTok de la cantante, en febrero de este año, y ahí empieza a contagiarse con virulencia, poniendo música de fondo a montones y montones de vídeos de los usuarios de la red social china. Por su letra desvergonzada, sus rimas ridículas, el acting pasota de la catalana y lo mucho que se prestan los versos a la vocalidad coral, el tema explota como hilo sonoro inseparable de las imágenes contemporáneas. Bambi —así se llama el single, pero eso a nadie le importaba cuando solo era un audio de @imsorrymissjacksonuhh que reutilizar y reciclar hasta el infinito— solo se consagró como canción propiamente dicha dos meses después, el 15 de abril, cuando figura su lanzamiento oficial en Spotify.

Para entonces, Bb Trickz ya no era una joven cualquiera con facilidad para los formatos de la gen Z, sino una artista de las de toda la vida, inscrita en los mecanismos propios de la industria musical. Su tema más famoso, Missionsuicida, y el resto de cortes de su EP, Trickstar —así como el relanzamiento de Bambi— se publicaron ya bajo licencia exclusiva de Virgin, un sello dependiente de Universal Music Group. El efecto concreto de la entrada de una superpotencia editorial como UMG en el impacto de la música de Belize es más complejo de localizar, pero, tras ese punto de inflexión, es obvio que la artista atrae una enorme atención. Rosalía y Bizarrap ya la siguen en Instagram; C. Tangana ha ido más allá, haciéndose eco en Twitter de la letra de una de las canciones del EP:

Dicen que, de pequeña, Belize fue modelo de portadas de algunos libros de texto de educación secundaria y hasta protagonizó un anuncio para televisión de la marca Nesquik. Un fotograma de este último spot es lo que ha utilizado el rapero Yung Beef, ex integrante de la banda pionera Pxxr Gvng, para burlarse de ella en un tema entero dedicado a denigrar a la joven sensación de TikTok. El origen de la pelea está en otra de las lyrics de Trickstar: «Te follaste a Yung Beef, ahora tienes el SIDA».

Aunque buena parte de los insultos de Yung Beef van en la línea de las críticas lanzadas contra su temprano acuerdo con una discográfica multinacional, la sombra de la sospecha es alargadísima: hay quien piensa que incluso este beef lleno de reproches contra la incursión en el rap de Bb Trickz —»no eres calle, no eres gitana», le recrimina Fernando— es, a su vez, un movimiento de marketing encubierto para inflar la popularidad de la cantante y luego promover su fichaje por La Vendición, el sello de Yung Beef. En las afueras del mundo trap, presuntamente directo, descarado y de espíritu in-your-face, sigue funcionando un buen misterio.

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En el videoclip de Missionsuicida podría estar la clave del asunto. La letra de la canción, entre mucha chabacanería recreativa, incorpora retazos de un relato de violencia doméstica —más desarrollado en otro corte del EP, Lo siento mama— que se rebozan en comedia de genoma Z que no hay manera de definir mejor que con el adjetivo random. Sin embargo, las imágenes que complementan las rimas son todavía más reveladoras: emulan la franqueza de los raperos clásicos hablando y manoteando a cámara rodeados de su clique de colegas, pero desprenden una puesta en escena para nada aleatoria. Belize es catalana, pero basta con parar el videoclip justo antes del final para encontrar la pista que permite localizar el espacio donde rapea Bb Trickz: el inconfundible busto de Jean Jacques Rousseau en la plaza de las Salesas, en Madrid.

La ficción de Missionsuicida ocurre en un barrio entre Chueca y Colón, zona de colegios católicos y bachilleratos que se anuncian «de Excelencia». La importancia del detalle la dan la cantante y sus amigas, que aparecen vestidas con faldas, camisas y corbatas de uniforme. Montones de internautas, y quizá incluso Yung Beef, han mordido este anzuelo, creyéndolo coartada suficiente para catalogar a Bb Trickz como una pija subida al carro del trap, música de orígenes proletarios y lumpen. Demasiado fácil.

El propio videoclip de Missionsuicida viene con coreografía incluida, preparada para estallar pegajosamente en TikTok con la misma fuerza con que lo hicieron las frases de Bambi: eso debería ser aviso suficiente de que en la pantalla hay más artificio que otra cosa. No es que en el resto de la música urbana no lo haya: en el trap, de hecho todo, todo es mentira. Género urbano heredero de la ostentación del gangsta rap, el trap y sus artistas aspiran siempre a validar su relato de ascenso social, dibujando con rimas una curva desde los orígenes humildes y conflictivos que los moldearon hasta los coches de lujo, la fama y el poder que han conquistado con la sola fuerza de sus brazos. Sin embargo, no hay trapero que no se emborrache de realismo en esa pretensión de mostrar qué es ser de verdad, siempre frustrada por los medios, y termine reducido a un chiste neoliberal.

Stream Bb trickz & Ice Spice - Missionsuicida by skimad beats | Listen online for free on SoundCloud

¿Y si esta estética buscadamente falsa de instituto privado es una broma a costa de los supuestos raperos reales? Otro videoclip de Bb Trickz, el de Treachory, evoca también ese mismo imaginario colegial, pero desde las ventanillas del tren en el que viaja la cantante se ve el mar, así que podemos olvidarnos del Madrid privilegiado como referencia espacial. ¿Y si Bb Trickz va al instituto en todas partes al mismo tiempo? ¿Y si es un personaje, ya no de ficción, sino de ciencia ficción? Algunas voces han intentado vincularla con la rapera estadounidense Ice Spice, pero los horizontes de la imaginación se multiplican si pensamos a Bb Trickz en términos de un fluido más electrónico y etéreo, como el que exuda Rojuu. El resto de su obra visual trasciende la ficción colegial y clasista de Missionsuicida para echar al guiso otros imaginarios: anime y porros, codeína y Mario Kart, pistolas y la Paris Fashion Week… Ya es tarde para tratar de limitar la ficción de Bb Trickz a márgenes tan estrechos.

CRÉDITOS: REDACCIÓN ESQUIRE