En una velada íntima y cargada de simbolismo, Tom Cruise recibió por primera vez un Oscar honorífico, entregado por el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, durante los Governors Awards en el Salón Dolby de Hollywood. Con humor y admiración, Iñárritu bromeó: “Escribir un discurso de cuatro minutos para celebrar 45 años de carrera es lo que en esta ciudad se conoce como una misión imposible”.
Durante su discurso, el director recordó con cariño que Cruise comió “más chile que cualquier mexicano … lo llamo ‘Tomás Cruz’, es mexicano”.0 Además, destacó no solo la espectacularidad de sus escenas de acción, sino la precisión y madurez de su técnica actoral: “No es lo lejos que corre o lo alto que salta. Es la precisión con la que decide moverse, esas pequeñas calibraciones”.
Al recibir la estatuilla, Cruise se mostró emocionado y agradecido, confesando que su pasión por el cine comenzó desde niño: “La gran pantalla me despertó hambre por la aventura, por entender a la humanidad”, dijo, al tiempo que afirmaba que hacer películas “no es lo que hago, es lo que soy”.
La noche también estuvo marcada por un sentido de orgullo latino: para Iñárritu, este gesto no solo reconoce la carrera de Cruise, sino también la creciente presencia y relevancia del talento mexicano en la meca del cine.


