El prolongado cierre de uno de los principales cruces fronterizos hacia Estados Unidos ha comenzado a cobrar factura al sector agroalimentario mexicano. Productores, ganaderos y exportadores reportan una disminución significativa en sus ventas externas, especialmente en mercancías perecederas y ganado en pie, que dependen de un tránsito rápido para mantenerse competitivos.
De acuerdo con cifras oficiales, entre enero y agosto de 2025 las exportaciones agroalimentarias alcanzaron los 35 mil 335 millones de dólares, lo que significa una contracción del 4.9 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. El impacto más severo se registra en la comercialización de ganado bovino, cuyas ventas al exterior retrocedieron 28.2 por ciento debido a la imposibilidad de cruzar animales hacia los centros de sacrificio en territorio estadounidense.
Otros productos emblemáticos del campo mexicano también se han visto afectados: el jitomate, la cerveza y el tequila tuvieron descensos de 19.7, 5.5 y 8.9 por ciento, respectivamente. Exportadores señalan que el cierre no sólo ralentiza la salida de mercancía, sino que incrementa costos logísticos y genera incertidumbre comercial.
A pesar del entorno adverso, algunos bienes lograron sortear la crisis. El aguacate destaca como una de las pocas exportaciones en terreno positivo, al crecer 18.3 por ciento durante el mismo periodo, impulsado por la fuerte demanda en el mercado estadounidense.
Los productores advierten que, si el cierre fronterizo se prolonga, el golpe a la cadena agroalimentaria podría intensificarse en los siguientes meses, con repercusiones en empleos rurales, contratos comerciales y precios al consumidor.