Ciudad de México se llenó de magia el pasado 30 de agosto: durante su undécimo concierto en el Estadio GNP Seguros, Shakira no solo conquistó a cerca de 65 mil fans con sus clásicos («Hips Don’t Lie», «TQG», «Antología»), sino que protagonizó uno de los momentos más conmovedores y memorables de la gira Las Mujeres Ya No Lloran.
La sorpresa de la noche llegó cuando Belinda, en un acto cargado de respeto y admiración, se hincó ante Shakira luego de interpretar juntas el clásico “Día de enero”. Pronto, la colombiana sorprendió al público al corresponder con el mismo gesto, reflejando no solo humildad, sino una conexión femenina genuina.
El comentario más compartido en redes fue: “Belinda se hinca ante Shakira como señal de respeto, pero Shak siempre ha sido humilde y hace lo mismo”, una frase que encapsula perfectamente el espíritu auténtico del momento.
Este acto no aparece de la nada. La química entre ambas se ha estado forjando desde la famosa “Soltera’s House Party” organizada por Shakira, donde Belinda compartió risas, pizza y camaradería con otras grandes como Danna Paola, Kenia Os y Lele Pons. Fue en ese contexto de respeto y buena onda donde se sembró la posibilidad de esta colaboración soñada sobre el escenario.
La respuesta en redes fue inmediata y masiva. Fans reaccionaron con una mezcla de emoción y admiración por la humildad de las dos estrellas. El gesto simbólico se convirtió en trending debido a su autenticidad y fuerza visual, traspasando la simpleza del escenario para transformarse en un símbolo de solidaridad entre artistas.
Más allá de los éxitos y las canciones, la noche del 30 de agosto será recordada como una celebración de empatía, respeto y sororidad entre dos gigantes de la música latina. Este episodio no solo emocionó, sino que dejó una enseñanza: en el corazón del espectáculo, lo más poderoso es aquello que nace desde el afecto y la admiración mutua.